Palencia es una emoción:

11 mayo 2009

FÉLIX ROMERO, DE SIDI FINI A SALVADOR DALÍ (I)

Como consecuencia de las políticas económicas de la dictadura franquista los campos de Castilla empezaron a despoblarse a finales de los años cincuenta y sobre todo en la década de los sesenta. El mundo está lleno de palentinos ilustres y generosos que procedentes de cualquiera de nuestras comarcas fueron a regar otras tierras con su esfuerzo y sudor. El País Vasco, Cataluña, Suiza o Alemania dan fe del elevado número de palentinos que tuvieron que dejar nuestros campos para poder progresar y sacar adelante a su familia.

Entre ellos está Don Félix Romero Vicente, de Lomas de Campos, que fue a vivir a Barcelona, pasó en las trincheras la difícil y oculta guerra de Ifni y triunfó social y profesionalmente, lo que le llevó a tener importantes relaciones de la capital catalana, conociendo a personajes como Salvador Dalí, del que fue amigo personal, y al internacional Xavier Cugat.

Lo de conocer mundo ya le venía de familia, su abuelo Félix, natural de Santillana de Campos, había estado trabajando en la construcción del canal de Panamá, así que viajar y emprender aventuras no le resultaba desconocido. Y su vida iba a ser una aventura, sin duda, empezando por la parte más dura, la guerra de Sidi Ifni, la guerra oculta de Franco, de la que ahora en absoluto silencio y olvido se están cumpliendo los cincuenta años. Hace solamente unos días Félix acaba de volver de recordar los lugares por los que pasó y en los que sufrió duramente. Allí, en Bullarife, donde el frente era más duro, donde más balas y obuses se cruzaban, donde la aviación más duramente castigaba, levantó los primeros adobes y la primera chimenea de fuego que por allí existió y que ha encontrado tal y como él lo había dejado tantos años antes.

Unos 23 palentinos fueron movilizados el 23 de febrero de 1958 y llevados en tren hasta Cádiz. Desde allí fueron trasladados en barco a Lanzarote donde estuvieron 25 días haciendo instrucción. Y así, sin mayor preparación, estos palentinos llegaron a Sidi Ifni. Como entonces no había un puerto en el que atracar tuvieron que descender del barco en transportes anfibios que les dejaban en las proximidades de la playa, a la que tenían que acceder saltando con el agua a la cintura y los brazos en alto.

Félix Romero pertenecía al “Cuerpo de Tiradores de Ifni Nº 1”. Tras nueve días más de instrucción y la pertinente jura de bandera los soldados palentinos obtuvieron diversos destinos, sin que pudieran volver a verse allí, cada uno en una posición distinta, en trincheras diferentes, siempre con muchísima acción militar.

Don Félix Romero recuerda con cariño el ambiente de camaradería que reinaba entre las tropas españolas, desde el primer soldado al general se portaban todos como una familia, comiendo del mismo plato si fuera preciso, compartiendo la misma comida sin distinciones. Reconoce que a pesar del enorme peligro, de las muchas bajas y de la vida durísima su mili no fue como la del reemplazo anterior, “Ellos tenían necesariamente que avanzar sobre terreno enemigo que les causaba muchísimas bajas. Caían como moscas” evoca Félix con tono emocionado.

En Sidi Ifni estuvo unos diecisiete meses destinado. El comandante de su “tabor”, “Una bellísima persona a la que admiro muchísimo fue Don Víctor Lago Román que, siendo Jefe de la División Acorazada número 1, fue vilmente asesinado en noviembre del año 82 por quien se puede usted imaginar”. Además de su estancia en las trincheras, de sus combates frecuentes, del silbido de las balas y del estruendo de los obuses, recuerda cómo la Legión tenía que hacer una descubierta cada quince días para llevarles la comida, pues estaban situados en primera línea, en una montaña de El Bullarife, de donde muy pocos lograron salir con vida. Allí era imposible dormir pues el enemigo enviaba perros y burros para hacer estallar las minas que estaban sembradas delante de las trincheras y mantenerlos despiertos toda la noche. Recuerda especialmente a dos compañeros, uno de Carrión y otro de las Cabañas de Castilla, que murieron en aquellos años.

La quinta de don Félix, nacida en el 36, es la última quinta de ciudadanos españoles que estuvo en guerra, “a ver si ésta es de verdad la última quinta que va a una guerra”. Recuerda que estaban 3 meses en primera línea y luego un mes en retaguardia, donde todos les veían como héroes, por las penalidades pasadas, recuerda que llegaban sin afeitar, sin haber podido lavarse la cara más que cada 15 días.


(próximo capítulo: LA VUELTA A CASA)

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